BAÑOS DE BOSQUE

Entre huellas de historia en el Valle del Corb

Comarca: Urgell
Localización: Valle del Corb
Inicio:

Rocallaura

Tipo de ruta: Ruta lineal hasta el observatorio de artillería número 5
Distancia: 900 metres fins a l'observatori d’artilleria
Vegetación: Bosque mixto mediterráneo con zonas de media montaña
Estacionalidad: Todo el año
Atención: Señalización escasa

Comarca situada en la Depresión Central Catalana, en el corazón de las tierras de Ponent, con una media de 350 metros de altitud y óptima para la agricultura desde que se construyó el Canal de Urgell. No solo del Urgell sino también del Segrià, ya que esta construcción convirtió las antiguas tierras resecadas en una gran extensión de tierra fértil. A pesar del impacto de esta obra mastodóntica, en el Urgell destacan cuatro tipos de paisaje: el propio de la llanura de Urgell, el de la ribera del Sió, el de la cuenca del Ondara y el valle del Corb. Por su situación, el Urgell es una zona que ha estado poblada desde la antigüedad y la huella humana está presente en todo el territorio. Sin embargo, el paisaje construido por el hombre puede generar entornos ricos y fértiles, que dan lugar a preciosos campos cultivados y cuidados, árboles frutales, cereales, etc., con una rica diversidad según las estaciones del año. Cuando florecen los árboles o cuando se embala la paja y las balas decoran los campos dorados son buenos ejemplos de ello.

En cuanto al valle del Corb, recibe el nombre del río Corb (afluente del Segre), que ha marcado profundamente los pueblos del valle y sus paisajes. A pesar de ser un río tranquilo, son conocidas sus crecidas repentinas, que, cuando aparecen abruptamente, dejan el paisaje totalmente cambiado por la furia del río allá por donde pasa. Como decíamos, se trata de un valle poblado ya desde el siglo V a.C. y en el que la historia ha dejado numerosas huellas que nos cuentan el pasado.

Nos dirigiremos hacia esta parte de la comarca para encontrar la zona de bosque. Hay que ir en primer lugar hacia Rocallaura, entidad que pertenece al municipio de Vallbona de les Monges. Desde la C-14 se llega por la carretera LP-2335. La vía sigue en este lugar el curso de la riera de Maldanell, que precisamente desagua en el río Corb a la altura de Maldà, a 16 kilómetros de Rocallaura. En la zona existen también aguas freáticas y son conocidas las aguas del Balneario de Rocallaura por sus propiedades medicinales.


El espacio para la práctica de baño de bosque

Nos dirigiremos hacia el pueblo de Rocallaura siguiendo las correspondientes indicaciones hacia el centro de la población. El coche se puede estacionar una vez pasadas las primeras casas de Rocallaura, donde hallamos una plazoleta a mano derecha. Desde aquí seguimos hacia la plaza de la Vila (donde está el único bar del pueblo) y por la calle de Prat de la Riba hasta el cruce con el Camí de l'Horta, por el que seguiremos (a mano derecha, en bajada). Cuando encontramos el muro de una edificación, hay que girar a mano izquierda por un camino de tierra hasta dar con la carretera LP-2335; la atravesamos y seguimos hacia la derecha (¡cuidado con los vehículos!) durante unos 100 m. Encontramos un camino ancho de tierra a mano izquierda, en bajada. Lo seguimos durante unos 550 m. Hay que prestar mucha atención, ya que prácticamente no hay señalización. En esta primera parte se observa la interacción entre el paisaje que dibuja el hombre, con algunos prados de cereales, bancales, muros de piedra..., y la acción conjunta de la sedimentación (debida a lluvias torrenciales y crecidas repentinas que han destruido el terreno y han hecho subir el río, menos pluviosidad, aguas freáticas...) que cambia el curso de los ríos y modifica el terreno.

Como hemos dicho, al cabo de unos 550 m, justo después de una curva a la derecha, hay que tomar el caminito de subida que sale escondido a la derecha (cuidado porque no hay señalización).

Así que nos adentramos en el caminito nos encontraremos en un lugar algo más fresquito que en el resto de la comarca, debido principalmente a la altura y orientación del terreno, que permite que los árboles se puedan desarrollar. El caminito está inmerso en un microclima húmedo y fresco, por eso encontraremos vegetación típica de los humedales como el musgo (Bryophyta), entre la que es propia del clima mediterráneo. Según la época del año es más o menos intenso el perfume de las hierbas aromáticas, estando especialmente presente el del romero (Salvia rosmarinus) y el tomillo (Thymus vulgaris), que le confieren un olor balsámico y agreste. Abunda la vegetación mediterránea, con pino carrasco, matorrales como la carrasca (Quercus coccifera), arbustos como la polígala (Polygala rupestris) y pequeñas zonas con vegetación caducifolia de media montaña destacando algún arce (Acer monspessulanum), roble carrasqueño (Quercus faginea), enebro (Juniperus oxycedrus) entre otros.

Cuando hayamos andado unos 650 metros, si nos desviamos hacia una explanadita a mano izquierda (hay un pequeño cartel de madera que lo indica) podremos ver un refugio de carboneros totalmente recuperado de 1957.

Vale la pena prestar atención a las flores, que destacan por su discreción en cuanto a tamaño pero que esconden en cambio una riqueza muy interesante de detalles. Por ejemplo, las orquídeas y sus complejas interacciones ecológicas con sus polinizadores siguen siendo una fuente de atracción para científicos y biófilos, que ya llamó la atención de Charles Darwin.

Volvemos hacia el caminito que íbamos siguiendo y continuamos subiendo durante unos 200 m. Pasada esta distancia aproximada, y habiendo cogido una curva pronunciada a mano izquierda, debemos prestar atención: sale un caminito estrecho y con bastante pendiente a mano derecha que en poca distancia (unos 25 m de subida) nos sitúa en una gran explanada dominada por pino carrasco (Pinus halepensis) ideal para realizar cualquier actividad de interacción con la naturaleza. En época de lluvia es frecuente encontrar niebla, que le da un carácter extraordinario de bosque encantado. En medio de esta explanada, en un pequeño claro del bosque, en su lado derecho (ver las coordenadas al final del texto), se encuentra el observatorio de artillería número 5, que forma parte de la llamada línea defensiva L-2 y de los Espacios de Memoria del Memorial Democrático. Una vez aquí, se puede volver deshaciendo el camino o atravesar la explanada (seguimos a mano izquierda, mirando al observatorio de artillería, con cuidado porque no hay señalización) hasta llegar, al cabo de unos 300 m, a un camino rural, más ancho, que tomaremos a mano izquierda. En este punto encontraremos la señalización del PR-C58, que seguiremos hasta el final de nuestra ruta. Esta pista lleva, al cabo de unos 500 m, a otra más ancha, que hay que tomar a mano izquierda (bifurcación del PR-C58). La vamos siguiendo (enseguida encontramos un tramo asfaltado) hasta que se reencuentra la LP-2335 al cabo de unos 750 m. Cruzamos la carretera con atención por el tráfico y remontamos hacia el centro de Rocallaura por una calle cementada. Enseguida llegaremos al bar del pueblo y de ahí a la zona de estacionamiento.