BAÑOS DE BOSQUE

El paisaje generoso de la pasarela más boscosa

Comarca: Segrià
Localización: Bosque de Sant Jaume
Tipo de ruta: Ruta circular
Distancia: 700 metres
Vegetación: Bosque de ribera
Estacionalidad: Todo el año

El Segre ha marcado profundamente el carácter del Segrià, que desde antiguo ha propiciado la construcción de canales y acequias gracias a sus aguas caudalosas. Las tierras a lo largo del río y las zonas de riego artificial son especialmente agrícolas, sobre todo en los dos tercios de la parte norte de la comarca, mientras que la parte sur se ha dedicado tradicionalmente al cultivo de secano.

En cuanto al cultivo de secano, predominan los olivos y almendros. Son árboles propios del clima mediterráneo, tolerantes a la sequía y a salvo de fríos intensos. Octubre y noviembre son meses ideales para disfrutar del paisaje oleícola y los conocidos “caminos del oro líquido”, iniciativa que pone en valor la cultura del aceite y el carácter del territorio marcado por el olivo, árbol milenario cargado de simbolismo y cuya rama representa mundialmente la paz. Los almendros florecen normalmente entre febrero y marzo, con sus características florecillas blancas que duran un par de semanas antes de dar paso al fruto.

En estos últimos años, los campos de árboles frutales del Baix Segre se han convertido en un reclamo con mucha demanda, para ver la floración de estos árboles que inundan el paisaje con su alfombra de flores coloreadas. Incluso se ha generado un turismo de floración, atraído por la belleza de las flores de los árboles de fruta dulce que florecen normalmente entre febrero y abril. Esta nueva forma de gozar de la belleza de los árboles se ha convertido en una experiencia sensorial muy singular y, además, ha revalorizado la actividad agrícola del territorio. Melocotoneros, albaricoqueros y perales son los actores principales que pintan el paisaje con una paleta de rosados, blancos y verdes, ofreciendo un paisaje muy especial. ¡No es de extrañar que cada vez haya más adeptos que quieren disfrutar de esta experiencia visual cromática y de olores entre las flores de los árboles!

Al suroeste de la comarca destaca el Espacio Natural Protegido de la Confluencia Segre-Cinca, recogido en el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) y que goza de una protección especial que vela por su conservación. Se trata de la confluencia fluvial más importante de la península Ibérica, en la que se encuentran los caudales de los ríos Segre, Ebro y Cinca. Este lugar destaca enormemente por su interés biológico y es un paraíso para los amantes de las aves y la naturaleza. Entre los términos municipales de Massalcoreig y La Granja d’Escarp se encuentran Cinca y Segre y, unos metros más adelante, estos dos se unen al Ebro, aunque ya fuera de los límites del espacio natural protegido. Por otro lado, es también un reclamo para los practicantes de la pesca, deporte de larga tradición en la zona, y es frecuente encontrar aficionados a la apreciada pesca del siluro.

La Granja d’Escarp se localiza en la orilla izquierda del río Segre, a 78 metros de altitud, en uno de los meandros del río, en el límite con Aragón y el Bajo Cinca. Buena parte de todo el término es cultivada, de regadío, gracias al agua del Segre. Abundan los árboles frutales, como los melocotoneros y los perales, y también ha aumentado el cultivo de olivo y almendro. Es en este municipio donde se propone la zona para la práctica de baño de bosque, en la llamada “Pasarela del Segre”. Se llega allí por la carretera LP-7041 desde Seròs y continuando por la A-2414 dirección Mequinenza. A la altura de La Granja d’Escarp hay que tomar la pista que sale a nuestra izquierda hacia el río. Enseguida aparece un mapa de situación y señalización vertical que indica también un área de ocio. Se puede estacionar bien si se llega en vehículo, ya que existe una explanada rodeada de vegetación frondosa.

Hay que seguir las indicaciones hacia el Bosque de Sant Jaume. La pasarela está adaptada para invidentes y personas con diversidad funcional.


El espacio para la práctica de baño de bosque

El Bosque de Sant Jaume está configurado por una espléndida vegetación de ribera, característica de las orillas de los ríos y las zonas de humedales, donde el ambiente fluvial ha propiciado un espacio de gran riqueza gracias a la unión del agua de tres ríos muy potentes. El itinerario por la pasarela consiste en un paseo de unos 700 metros que permite adentrarse en el Espacio Natural Protegido de la Confluencia Segre-Cinca y el recorrido se hace siguiendo un camino de madera nivelado en todo su trazado que lo hace apto para personas con movilidad reducida.

Es un lugar extraordinario para descubrir y pasear pausadamente sumergiéndose en la atmósfera del bosque y la vegetación de ribera. Las características de este espacio hacen que el recorrido se convierta en su totalidad en un paisaje sonoro magnífico gracias a la riqueza y abundancia de aves. Como decíamos, es frecuentado por ornitólogos y también por pescadores, puesto que además de las aves los peces son igualmente protagonistas del lugar.

Así que se empieza el recorrido destaca la vegetación densa de los carrizales, con numerosos tallos altos y esbeltos que viven en un sustrato embarrado buena parte del año. Este medio es prácticamente inaccesible para los humanos, pero forma islotes de vida salvaje para muchas especies. El carrizal tiene conductos y cámaras de aire en el tallo y en las hojas que proporcionan oxígeno suficiente para vivir pese a encontrarse en lugares inundados. Tener en cuenta cómo logran sobrevivir gracias a sus mecanismos adaptativos puede hacernos ser conscientes de nuestra respiración y cómo utilizamos nosotros el oxígeno, no solo para respirar sino también para vivir. A lo largo de la pasarela hay casetas y escondrijos pensados ​​para observar la fauna. Se pueden utilizar también para realizar ejercicios de respiración consciente y conectar con la naturaleza.

A lo largo de la pasarela se observa abundante la vegetación formada por salicáceas, sauces (Salix L.) y chopos (Populus nigra), algunos desmayos (Salix babylonica) que no son propios de la zona y bajo la pasarela destaca una buena cantidad de zarzas (Rubus ulmifolius). El ácido salicílico, presente en la corteza y las hojas de las salicáceas, cura el dolor de cabeza y fiebres y en la actualidad se comercializa un famoso derivado suyo que conocemos comúnmente como aspirina. En las partes más frescas aparecen algunas especies arbóreas más propias de montaña como pueden ser el aliso (Alnus glutionsa), el fresno (Fraxinus angustifolia) o el chopo (Populus alba). Merece la pena detenerse, contemplar y recordar que desde antiguo nos hemos nutrido del reino vegetal para cuidarnos y curarnos. Son fascinantes las numerosas propiedades medicinales de los árboles y plantas y no solo aquellas que podemos tomar, sino las que incluso nos hacen bien por el mero hecho de respirar su atmósfera. La naturaleza es generosa.

El recorrido de la pasarela se puede realizar tranquilamente en un cuarto de hora sin paradas, pero vale la pena parar y completar el paseo con ejercicios de conexión con la naturaleza. Al final del itinerario hay un espacio abierto junto al río donde se puede realizar el cierre de la actividad, o deshacer el camino para volver al punto de inicio y hacerlo allí.