Condado de Ribagorça: La luz de las imágenes

Puntos destacados: 

Conjunto románico de la Vall de Boí

Puntos de interés:

La Vall de Boí nos muestra uno de los conjuntos patrimoniales más importantes de Cataluña, las iglesias románicas de la Vall de Boí, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta ruta nos acerca al románico presente en este valle, al contexto y los hechos que permitieron su construcción.

El Centro del Románico de la Vall de Boí es el punto de partida de este itinerario, que recorreremos a través de los campanarios que se esparcen por el paisaje del valle. Cada iglesia presenta algún elemento destacable que la singulariza.

En el año 1123 el obispo Ramon Guillem consagra la iglesia de Sant Climent de Taüll . El edificio presenta planta basilical de tres naves y cubierta de madera a dos aguas, cabecera con tres ábsides y campanario de torre. En su interior se conservan algunas muestras de pintura original, así como la reproducción de la imagen más conocida y emblemática del románico catalán, el Pantocrátor de Sant Climent de Taüll.

Dentro del mismo núcleo urbano se sitúa la iglesia de Santa Maria de Taüll , construida en el mismo momento que Sant Climent. Dispone de planta basilical de tres naves, tres ábsides en la cabecera y campanario. Destaca también la copia de las pinturas situadas en la cuenca absidal.

Sant Joan de Boí conserva algunos de los elementos arquitectónicos más antiguos de todo el conjunto del valle, correspondientes al siglo XI. La planta presenta tres naves, ábside central y absidiolas laterales. Los muros, en el interior y el exterior de la iglesia, muestran pinturas al fresco, obras del maestro de Boí. Los originales de la mayor parte de estas pinturas se encuentran en el MNAC.

Justo al lado del Centro del Románico se sitúa la iglesia de Santa Eulàlia d'Erill-la-Vall, donde destaca el campanario de seis pisos y decoración lombarda. En su interior podemos ver la reproducción del grupo escultórico del Descendimiento, obra del taller de Erill.

En el año 920 nace el condado de Ribagorça, fruto de la división del condado de Pallars-Ribagorça. Durante el siglo XI, la Vall de Boí se convertirá en el centro de las disputas entre los condados pallareses. Pero también será en este siglo y el siguiente cuando se desarrollará una rica e intensa actividad constructiva. Unos siglos que hay que relacionar con el proceso de feudalización y el aumento del poder de los señores de Erill, promotores de la construcción de las iglesias, que mostrarán su poder y prestigio gracias a los botines conseguidos con la participación en las campañas de reconquista al lado de Alfonso el Batallador, rey de Aragón, y la ascensión social dentro de su territorio.

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