Las actividades turísticas relacionadas con los puntos de alimentación suplementaria de las aves carroñeras generan un impacto económico de 4,2 millones de euros anuales de promedio en las zonas de Cataluña y Aragón que los albergan. De estos, unos 2,2 millones se quedan en el territorio. Estas son las estimaciones de una investigación liderada por la Universidad de Lleida (UdL) y publicada en la revista Ecological economics. El estudio, que se ha hecho con expertos del IREC-CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche, cuantifica económicamente por primera vez en Europa los beneficios de las actividades culturales relacionadas con los buitres.

España es uno de los países del Viejo Continente más populares para el turismo ornitológico; específicamente, para ver rapaces y en especial buitres, ya que allí se encuentran las cuatro especies con presencia en Europa. El Estado alberga más del 90% de las poblaciones reproductoras de buitre negro (Aegypius monachus), el 90% del buitre leonado (Gyps fulvus), el 88% de los alimoches comunes (Neophron percnopterus) y el 63% de los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).

"Al margen del control de enfermedades y la eliminación de carcasas, estas especies pueden suponer otros beneficios para los humanos", explica la investigadora de la UdL Ruth García. Para demostrarlo, el equipo se ha basado en el concepto de las contribuciones inmateriales de la naturaleza a las poblaciones humanas (NCP) y ha recogido durante casi dos años datos de 53 lugares de alimentación suplementaria de buitres o muladares del Pirineo y el Prepirineo, un 80% de los que se encuentran en funcionamiento, mediante entrevistas y cuestionarios telefónicos.

Las investigadoras y los investigadores han elaborado la primera valoración económica de las experiencias recreativas y educativas aportadas por el turismo basado en aves carroñeras en España y su importante contribución a los ingresos de la población local. Han tenido en cuenta conceptos como los traslados, el alojamiento, la alimentación, el precio de la entrada a los lugares de alimentación, así como el tiempo de estancia.

Los resultados señalan que el gasto anual que generan la educación ambiental, la observación y la fotografía de aves carroñeras en los puntos de alimentación suplementaria se sitúa entre 2 y 6,5 millones de euros, con un valor medio de 4,2 millones. El retorno económico directo a la comunidad local oscila entre 1 y 3,3 millones de euros al año, con un promedio de 2,2 millones, según el estudio.

"Esto demuestra que las experiencias recreativas y educativas basadas en el turismo relacionado con las aves carroñeras aportan un valor cultural añadido al paisaje regional y hacen una contribución real a los ingresos de las comunidades pirenaicas locales, inyectando beneficios anualmente", destaca García.

Lleida, mirador privilegiado para la observación de aves

Las comarcas de Lleida son un área excepcional para el turismo ornitológico o birding, ya que su carácter rural y la variedad de paisajes de la demarcación –un amplio territorio que abarca desde los Pirineos al norte hasta la Confluencia del Ebro, el Cinca y el Segre al sur, pasando por las mejores y más extensas áreas áridas meridionales– favorecen la presencia de muchas especies de aves migratorias y de aves residentes.

Entre los espacios naturales de la demarcación idóneos para la observación de pájaros, destacan el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, los parques naturales del Cadí-Moixerò y el Alt Pirineu, la sierra de Boumort, el Montsec, el embalse de Utxesa, el pantano de Terradets, la zona del Bash Aran, el lago de Ivars y Vila-sana, la zona de la Terreta, los secanos de Lleida, el curso bajo del río Segre y la Confluencia del Segre-Ebro-Cinca, entre otros lugares.

Los amantes del turismo ornitológico encuentran en este territorio un espacio ideal para la observación de pájaros, ya que durante cualquier época del año y en un viaje corto, en tiempo y distancia, se pueden observar una gran variedad de especies de pájaros, incluidas algunas de las más raras de Europa. Hay que recordar que, de las 400 especies de pájaros conocidas en Cataluña, un 90 % se pueden observar a lo largo de todo el año en las comarcas del Pirineo y las Tierras de Lleida, algunas de manera exclusiva como el sisón, la perdiz nival y el quebrantahuesos, entre otras.

Hay que destacar que el lago de Ivars y Vila-sana se ha convertido desde su recuperación el año 2005 en una de las principales zonas húmedas del país y un punto estratégico para muchas aves acuáticas. En él se pueden observar hasta 256 especies diferentes, algunas de ellas consideradas de protección prioritaria, rarezas o incluso excepcionales en Cataluña.

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Prensa UdL
Leo Badia
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Artículo: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0921800921001464