El verano es la época perfecta para degustar lo mejor de nuestro destino con productos y elaboraciones propias de la temporada. Una gastronomía de interior y de montaña caracterizada por el uso de materias primas de gran calidad y muy arraigada en la tradición popular, lo que le confiere una especial singularidad. El carácter agrario del territorio, con una agricultura y una ganadería muy potentes, proporciona a los fogones leridanos una fuente inagotable de productos de la tierra y de proximidad, desde las deliciosas verduras, hortalizas y frutas a las reputadas carnes de cerdo, ternera, cordero o pollo, pasando por quesos, embutidos y patés, sin olvidar unos aceites y vinos de reputación internacional. En nuestros restaurantes podrás degustar sabrosas elaboraciones caseras, en algunos casos, o cocina de autor de gran nivel, en otros, o una combinación de las dos tendencias: ¡una oferta gastronómica para todos los gustos y bolsillos!

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