EL SECTOR TURÍSTICO DEL PIRINEO CIERRA EL VERANO MEJOR DE LO PREVISTO INICIALMENTE CON UN 9,5% MÁS DE VIAJEROS Y UN 15% MÁS DE PERNOCTACIONES QUE EL AÑ0 2019


El conjunto de la demarcación, en cambio, sufre un retroceso de un 21% en el número de viajeros y un 10% en el de pernoctaciones como consecuencia del bajón que ha tenido el sector de hostelería en la zona de la plana de Lleida y la ciudad de Lleida durante el mes de julio.


Según los datos de la encuesta de ocupación del INE del mes de julio y agosto (pendientes de los resultados del mes de septiembre), el sector turístico de la demarcación leridana, exceptuando la ciudad de Lleida y los municipios de la plana de Lleida, ha cerrado la temporada de verano mejor de lo que se preveía al inicio de la campaña. Los resultados han sido bastante satisfactorios, especialmente en la zona del Pirineo y Prepirineo de Lleida, pese a la situación de incertidumbre provocada por la Covid-19, que ha restringido los desplazamientos largos y especialmente los viajes al extranjero y ha favorecido el turismo de proximidad.

En la zona del Pirineo y Prepirineo leridano los resultados de este verano mejoran las cifras de ocupación registradas el año 2019, las cuales, junto con las de 2018, suponen en su conjunto el mejor registro de todos los tiempos en cuanto al número de pernoctaciones.

Del resultado de la encuesta de ocupación de los meses de julio y agosto en la zona del Pirineo y Prepirineo de Lleida destaca un incremento de un 9,5% en cuanto al número de viajeros con relación al mismo periodo del pasado año y un 15,2% en cuanto al de pernoctaciones. La cifra de viajeros se ha situado en 220.167 y 725.000 pernoctaciones, frente a los 201.129 visitantes y 629.178 estancias del año pasado. Los principales crecimientos los han experimentado el turismo rural, con un 44% más de pernoctaciones; los campings, con un 23%; la hostelería, con un 3,5%, y los apartamentos turísticos, con un 1%.

Este buen comportamiento turístico se ha mantenido también durante el mes de septiembre con altos niveles de ocupación, que han llegado a alcanzar el 80% según el tipo de alojamiento turístico durante los puentes festivos del 11 de septiembre y por las Fiestas de la Merced en la ciudad de Barcelona.

En cambio, en el análisis de los datos en el conjunto de la demarcación se aprecia un descenso con relación al año pasado por el resultado de los establecimientos de hostelería durante el mes de julio debido al confinamiento que sufrieron la ciudad de Lleida y 6 municipios del Segrià. El sector hotelero ha experimentado un descenso en el conjunto del territorio de un 30% en cuanto al número de pernoctaciones y de un 35% en el de viajeros.

El turismo rural, en cambio, ha mantenido un comportamiento muy bueno en el conjunto de la demarcación, tanto en las comarques de la plana como en las del Pirineo, con un incremento de un 46% más de pernoctaciones que el pasado año. Los campings y los apartamentos turísticos también han cerrado en el conjunto del territorio con unos resultados superiores a los del verano del año pasado. Los apartamentos turísticos han incrementado las pernoctaciones un 10% y los campings, un 7%.

El número total de viajeros y de pernoctaciones durante los meses de julio y agosto en el conjunto de la demarcación ha sido de 271.737 viajeros y 885.862 pernoctaciones, frente a los 344.956 visitantes y las 982.832 estancias del año pasado, lo que supone un descenso de un 21 % en la cifra de viajeros y de un 9,8 % en la de pernoctaciones.

Caída del turismo extranjero

El turismo extranjero ha sufrido un fuerte descenso este verano como consecuencia de la pandemia y las restricciones de movilidad por causas sanitarias. Los establecimientos de alojamiento turístico de la zona del Pirineo han visto reducirse el número de pernoctaciones de los turistas foráneos en un 55%, mientras que en el conjunto de la demarcación el descenso ha alcanzado hasta el 72 % por las restricciones y el confinamiento que sufrió la comarca del Segrià en julio. El número de turistas extranjeros que ha recibido la demarcación de Lleida durante estos dos meses de verano ha sido de 16.490, los cuales hicieron 39.447 pernoctaciones, frente a los 59.171 que vinieron el pasado año y generaron 145.614 estancias

Rosa Pujol manifiesta un sentimiento agridulce por los resultados

La vicepresidenta del Patronato de Turismo, Rosa Pujol, ha valorado de forma muy satisfactoria los resultados obtenidos en el conjunto del Pirineo este verano, así como el turismo rural en toda la demarcación, pero ha matizado que se trata de un sentimiento agridulce. “Por un lado, los resultados en el Pirineo en verano han sido buenos, pero la hostelería y la restauración en la plana se han visto muy perjudicadas. Además, a consecuencia de la pandemia la zona del Pirineo tuvo que cerrar la temporada de esquí de forma precipitada a poco menos de un mes del final previsto cuando estábamos teniendo una buena campaña. No se pudo disfrutar de la Semana Santa y también se ha perdido toda la temporada de primavera. Por tanto, satisfacción por los buenos resultados de este verano en las comarcas del Pirineo y Prepirineo y en el sector del turismo rural y el camping del conjunto del territorio, pero tengamos presente que todo aquello que se ha perdido turísticamente hablando no se podrá recuperar.”

La valoración del sector

Según los representantes del sector de la hostelería (hoteles, campings y establecimientos rurales) de la demarcación de Lleida, la clientela de proximidad ha sido fundamental para salvar una temporada veraniega que se preveía muy complicada. El sector encara ya la recta final de la temporada (que se cerrará oficialmente el 15 de octubre) con unos resultados “mejores de los esperados” a principios de verano, cuando la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 hacía prever un año muy malo. El periodo comprendido entre mediados de julio y mediados de septiembre ha sido especialmente bueno, aunque matizan que la ocupación en el Pirineo y Prepirineo ha sido superior a la de la plana de Lleida.

En líneas generales el público que se ha desplazado a la demarcación ha sido familiar de proximidad, un público que ha encontrado en los espacios abiertos y los parajes naturales de Lleida una opción turística segura, relajada y saludable. Algunos representantes del sector subrayan también que la coyuntura sanitaria ha traído a las comarcas de Lleida clientes nuevos, turistas que en condiciones normales probablemente suelen viajar a otros países u otras comunidades del Estado y que este año han optado por visitar Lleida. La presencia de estos turistas (que han compensado la ausencia de visitantes extranjeros) es vista como una oportunidad, “ya que se trata de gente que ha descubierto la oferta turística leridana y que posiblemente puede volver en el futuro”.

El sector de los campings leridanos ha vivido “un julio, un agosto y un septiembre mejores de lo que se esperaba”, según Marta Cortina, presidenta de la Asociación de Campings de Lleida, con una ocupación altísima en el ámbito de los bungalós y muy buena (hasta mediados de septiembre) en el ámbito de la acampada. Las medidas de seguridad aplicadas por los campings, la buena climatología y “el entorno natural y de relax” han sido claves en estos buenos resultados, según Cortina, quien ha incidido en que la clientela ha sido básicamente familiar y procedente de Cataluña, con algunos visitantes de Valencia, el País Vasco y Madrid.

El balance del sector de los establecimientos rurales també ha sido superior en el Pirineo y Prepirineo al que apuntaban las expectativas, según Jaume Ramon, presidente de la Federación de Casas Rurales de Lleida, “con un julio correcto, un agosto incluso mejor que el del año pasado y una primera quincena de septiembre buena, justo hasta la adopción de las limitaciones de las reuniones sociales a 10 personas primero y a 6 personas después”. Ramon ha afirmado que la mayoría de huéspedes han sido catalanes, sobre todo del área metropolitana de Barcelona, con algunos turistas de Francia (en el norte de la demarcación) y de otras comunidades del Estado, y ha incidido igualmente en “la presencia de clientela nueva que anteriormente viajaba fuera o incluso que no era habitual de las casas rurales”.

En cuanto a los hoteles, en el Pirineo han seguido la tónica general “con un julio bueno a partir de la tercera semana, un agosto con buenos registros, similar al del año pasado, y un septiembre normal”, en palabras de Josep Castellarnau, presidente de la Federación de Hostelería de Lleida. Mientras que el balance de las comarcas de montaña, pues, ha sido relativamente positivo, el sur de la demarcación ha tenido registros muy inferiores debido a circunstancias como el confinamiento perimetral de algunas zonas de la plana. En cuanto a la tipología de los visitantes, hablamos de turismo familiar procedente de Cataluña y, en algunos casos, de Aragón y de Francia, “con un 80% de clientes habituales y un 20% de nuevos clientes de proximidad que, por así decirlo, han remplazado a los de fuera que no han venido”.    

 

Más información:

Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida
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