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Un campo de maíz era el lugar donde se escondía Cary Grant en la escena de la avioneta del magistral film de Hitchcock Con la muerte en los talones. Y es que las plantaciones de maíz, en el cine, siempre han estado asociadas a situaciones de misterio, magia o tensión. Precisamente, el laberinto de maíz de Castellserà, abierto todos los días de la semana previa reserva, constituye una de las experiencias —especialmente si el visitante opta por la visita nocturna— con más encanto y misterio que se pueden disfrutar en la demarcación de Lleida. El laberinto de maíz de Castellserà tiene 3 hectáreas de extensión y es un laberinto tradicional, con 2 kilómetros de pasillos que transcurren entre hileras de maíz, que puede llegar a los dos metros y medio de altura. La excursión por el laberinto no tiene especiales dificultades—sólo se recomienda llevar ropa y calzado cómodos, gorra durante el día y linterna por la noche— y es muy recomendable para familias, puesto que la visita tiene un componente de juego y diversión idóneo para el turismo familiar. Los usuarios tienen también a su disposición un mirador de madera de 6 metros de altura para poder ver los caminos del laberinto. Los visitantes pueden hacer sólo el itinerario por el laberinto o acogerse a uno de los paquetes que ofrecen los organizadores (recorrido por el laberinto y cena al aire libre; jornada con visita a un castillo, cena y laberinto; o cena, laberinto y alojamiento). La visita al recinto —no recomendada para personas con claustrofobia— no tiene una duración fija y se prolonga en función de la voluntad (y la habilidad) del visitante. El periodo de apertura del laberinto (que cada año varía de diseño) se prolongará hasta finales de septiembre o principios de octubre, dependiendo de la temporada del maíz, que una vez cosechado se destina a pienso. El original montaje es una iniciativa de la familia Perera, propietaria de la finca, y forma parte de las actividades que promueve Castells de Lleida con el fin de dinamizar las comarcas de interior y complementar el abanico de actividades culturales y lúdicas (conciertos de música, catas de vinos, visitas a los castillos) programadas durante el verano. El laberinto se puso en marcha en 2006 y sigue la tradición de los laberintos de maíz de muchas hectáreas que existen en Estados Unidos y que se han popularizado también en países europeos como Francia o Alemania. Más información: |
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