Centenares de buscadores de setas aficionados se desplazan cada otoño a los bosques de las Tierras de Lleida a buscar setas y llenar los cestos y, de paso, aprovechan su estancia para hacer turismo. Esto lo saben con seguridad los responsables de los restaurantes de las comarcas de montaña, que ven cómo en esta época aumentan los clientes deseosos de comer platos con setas y de ir a coger níscalos, cabrillas, palomitas, negrillas, rebozuelos anaranjados, lenguas de gato rojiza, manecillas, oronjas o boletus edulis, entre otros. Este año los buscadores de setas están de suerte, ya que los expertos auguran que habrá una buena temporada con respecto a la media de los últimos 16 años. |